En la página Caminos de Emisiones se presenta gráficamente uno de los trabajos elaborados por nuestro grupo de investigación. Su objetivo es comparar, para cada país, una posible trayectoria de emisiones compatible con los datos presentados en su 1ª NDC, con la trayectoria de “los 2°C” que nosotros hemos calculado para el país con nuestro Modelo de Justicia Climática. Estas trayectorias de “los 2°C”, agregadas, reproducirían un escenario de mitigación global compatible con el objetivo de los 2°C del Acuerdo de París.
Más en detalle, las curvas que se presentan en la pestaña Caminos de Emisiones, son:
Emisiones históricas
Las emisiones de cada país desde 1990 hasta 2012. De estos datos parten todos los demás escenarios de futuro.
Business as Usual
Nos indica las emisiones futuras de un país, calculadas siguiendo su evolución actual, es decir, si no aplicaran medidas de mitigación de emisiones.
Camino de los 2°C
Es la trayectoria que debería seguir cada país para cumplir el objetivo global de los 2°C. Está calculada a partir del Modelo de Justicia Climática y el escenario RCP 2.6.
NDC
Trayectoria de las emisiones de un país hasta el 2030 calculada con la información presentada en su 1ª NDC, en el marco del Acuerdo de París.
NDC condicional
Algunos países en su NDC presentan un objetivo adicional al anterior más ambicioso, condicionado a la financiación externa. En caso que un país haya presentado objetivos condicionales, estos también quedan reflejados en el estudio.
La representación simultanea de todos estos caminos para cada Estado Parte de la UNFCCC, tiene un importante valor informativo y formativo. Permite ver hasta qué punto los compromisos de cada país se alejan, o no, del objetivo global de los 2 ºC. Así mismo, ponen en evidencia lo lejos que estamos de conseguir que la equidad y la “justicia climática” impregnen la lucha contra el cambio climático.
Llegar a conseguir que los mecanismos de implementación del Acuerdo de París que deben aprobarse antes del año 2020, habiliten todo lo necesario para poder hacer este tipo de comparaciones significaría un gran paso adelante. A nuestro entender, con ello se conseguiría que la diferenciación, la equidad y la “justicia climática” encontraran su espacio en el nuevo reino del Acuerdo de París y dejasen de ser palabras que se arrojan entre si unos Estados Partes contra otros, para pasar a ser visualizaciones objetivas de la diferenciación y la inequidad en la historia y el presente del cambio climático y, por lo tanto, elementos objetivos para fijar políticas y metas de “justicia climática”.